Para prevenir y paliar la sobrecarga, los cuidadores han de entender que es importante:
- Conocer bien la enfermedad y su evolución.
- Comprender sus síntomas y los cambios de conducta que generan en la persona afectada.
- Reconocer y saber gestionar las propias emociones y sentimientos.
- Pedir ayuda cuando se necesita.
- Recuperar la propia identidad, más allá del rol de cuidador.
- Buscar espacios para uno mismo.
- Aprender a relajarse.
- Ser positivos e intentar aliarse con el humor.
Fíjese metas realistas, usted existe y él le necesita para algo más que para hacer cosas. Comparta las obligaciones, delegue responsabilidades y emplee tiempo en estar y acompañar a su mayor.
- Tiene trastornos del sueño (por ejemplo, porque el enfermo se levanta o se acuesta por la noche).
- El cuidado de su paciente es poco práctico (porque la ayuda le consume mucho tiempo y tarda en proporcionarse).
- Esta situación le representa un esfuerzo físico (por ejemplo, por que hay que sentarlo y levantarlo de la silla).
- Le supone una restricción a su vida anterior (por ejemplo, por que ayudar le limita el tiempo libre y no puede hacer visitas).
- Ha habido modificaciones en su familia (por ejemplo, la ayuda ha roto la rutina o no hay intimidad).
- Ha habido cambios en los planes personales (por ejemplo, tuvo que rechazar un trabajo o no pudo ir de vacaciones).
- Ha habido otras exigencias de tiempo (por parte de otros miembros de la familia).
- Ha habido cambios emocionales (por ejemplo, por discusiones).
- Algunos comportamientos del paciente le resultan molestos (por ejemplo, incontinencia, acusa de que le quitan cosas).
- Le duele darse cuenta de lo mucho que ha cambiado el enfermo comparado a cómo era antes.
- Ha habido modificaciones en su trabajo.
- El enfermo es una carga económica.
- La situación se ha desbordado.